Hija de padre argentino y madre brasileña nací en Brasil. A mis 17 años me mudo a Buenos Aires para, como dice mi papá, apropiarme de mi “argentinidad”. Confieso que mismo habiendo crecido con varios argentinos no sentía que era realmente parte de eso, de esa “argentinidad”. Mi papa se exilió en Brasil en el año 1978 y desde entonces allá vive, en el medio de la selva, separado no solo del pasado que lo hizo ir, si no también de todo lo que le hubiera hecho quedar, su familia y historia. Así que en 2011 arranque mi odisea en Argentina y fue en ese momento que me encontré no solo con gran parte de mi familia, si no que con mi fallecido bisabuelo. Bueno, no es que nos hayamos encontrado realmente, si no que me invitaron, casi como un mandato familiar a sumergirme en toda la obra de Augusto César Ferrari, en la fundación que lleva su nombre y de su hijo León, Fundación Augusto Y León Ferrari Arte y Acervo. En la fundación me encontré con decenas de cajas, cada una con una categoría